lunes, 25 de abril de 2011

LA TRANSFORMACIÓN DE LA EDUCACIÓN entrevista al profesor Cándido Rodríguez

Cándido Rodríguez Báez estudió teología,  filosofía y educación  en la Universidad Católica Santa Rosa y en la actualidad imparte clase en la misma casa de estudio. Entre sus atareadas labores nos concedió una entrevista donde nos dio su opinión sobre la transformación de la educación en nuestro país.

Profesor Cándido, se ha dicho mucho sobre la transformación de la educación para el país, pero: ¿Es necesaria una restructuración de la educación en nuestro país?

Desde hace 25 o 30 años el filósofo y rector de la Universidad Simón Bolívar, Ernesto Mays Vallenilla planteaba la necesidad de la restructuración universitaria, cuando yo estaba estudiando él ya había planteado esto, por que cómo es posible que una universidad se esté llevando una tremenda porción del presupuesto de la nación y esté totalmente disociada de la realidad que vive el país. Lamentablemente en la misma universidad de Vallenilla (U.S.B.)  tenemos la gran atrofia, un país que tenemos en vía de desarrollo con planes agrario, de construcción,  proyectos ferroviarias con muchas posibilidades que ni este ni otro gobierno lo va a poder copar, tenemos unos estudiantes que generan un prototipo de fórmula 1 para correr en las pista de los  Estados Unidos, entonces, ¿en el país no hay necesidades? , ¿Dónde los estudiantes  se encarnen dentro de estas necesidades y diseñen prototipos para los planes de desarrollo que tiene el país? Pues no, los estudiantes en vez de diseñar para nosotros están diseñando para otros, es parte de esa disociación de los estudiantes. Pero yo creo que lamentablemente las universidades no están dando ni en un 10% para el país.

Sabemos que este planteamiento de restructuración no es de ahorita pero ¿Qué hace el Gobierno Nacional en la actualidad? , ¿Cuáles son los caminos ya que hay dos posturas, por una parte la transformación ideológica de la educación y otra que se resiste a esto?

Lo que pasa es que se dicen muchas falacias en las afirmaciones, que se ven muy bonitas pero en realidad son falsas, eso de que se ideologiza la educación, si hay algo que es ideologizable y que es pura ideología, es la educación, basta que tú te plantees que tipo de educación que quiero yo formar, ya eso es una ideología. La educación es de la disciplina más susceptible a esto, es mas no puede ver una educación sin ideología.

La aparición de los consejos comunales puede intervenir en el proceso de la educación y esto es muy criticado dentro de la oposición venezolana ya que los miembros de dichos consejos pueden  formar parte de partidos políticos, ¿Cómo podemos analizar esta situación?

Lo que no te dice la ley es que los consejos comunales se pueden meter en las materias que se va a impartir, lo que dice es que los consejos comunales tienen que están presente en el proceso educativo  y yo creo que es perentorio. Por ejemplo, un consejo comunal no puede intervenir en lo que se va a impartir en clase, pero en donde debe intervenir es en  el cuido de las instalaciones, en si los profesores están cumpliendo con los horarios,  si los profesores están o no cumpliendo con los objetivos, es ahí en donde ellos deben de hilar para que las quejas sean solucionadas. En otro que pueden ayudar es en el tráfico  y consumo de droga dentro de las escuelas, liceos y universidades, donde se pueden solucionar con otros organismos. Hay toda una serie de situaciones en donde pueden estar presente, pero hasta un punto.

Otro tema muy cuestionado por sectores políticos, es sobre la educación laica, ¿es necesario impartir doctrinas religiosas dentro del proceso de educación?

El 90% de la educación privada está en mano de la iglesia, ese es un dato importante, y las escuelas están dirigidas por curas y monjas, apena un 10 o 15 %  en donde no tienen nada que ver con la iglesia. La realidad de la iglesia católica ya es distinta se va haciendo cada vez más pequeña, claro aquí no se ha hecho una apostasía en donde se verifica el número de creyente que tiene la iglesia, si hacen eso de seguro bajan esos datos, pero aún así sigue siendo la que predomina. Si hay pluralidad religiosa en el país, no entiendo por qué tiene que haber educación religiosa católica obligatoria en los colegios, debería sentarse los credos religiosos y redactar una especie de temario religioso donde estén todas las religiones practicadas en el país. En España lo solucionaron dando una materia llamada ética donde se imparte la moral y los principios, ya que todos estamos de acuerdo en que la justicia es algo que debemos repasar, al igual que el amor que es un valor que hay que promoverlo y luchar por él. Yo siento que educación religiosa pudiera haber, solo si fuera así.   



“Se nos desconectaron las manos del cerebro”

Yo creo que una cosa que nos falta en el país es que se nos desconectaron las manos del cerebro, si no empezamos por ahí y que los estudiantes sepan a trabajar, algo que decía Simón Rodríguez, los niños y niñas deberían aprender madera, hierro y barro, y eso desde el preescolar, y ya en la universidad deberíamos saber hacer un pupitre, soldar cualquier cosa, eso le conecta el cerebro con la capacidad de hacer y de crear, nadie se siente en el país creador de algo, y van a terminar vendiendo la tienda como les pasó a los esclavos  en la independencia.

   ¿Cómo sería posible cambiar la educación si un sector de las universidades todavía marcha para un presupuesto justo en sus universidades?

Yo creo que hay que hacer autonomía en las universidades, que falta presupuestos para las universidades, eso yo no lo sé, pero eso lo arroja una auditoria, yo creo que las universidades tienen recursos públicos y como recursos público tienen que estar al examen público.   

GEOVANNY Y LA SILLA ROCINANTE

Me encontraba una noche en la parroquia Altagracia de Caracas, en un rincón junto a Geovanny, un joven acabado por los vicios de unos 25 años aproximadamente, que andar no se le hacía fácil por falta de una pierna amputada, ya que en los hospitales es más fácil hacerle eso a un indigente que curarle de un balazo. Y yo, su fiel amiga, una silla de rueda vieja y oxidada, era su motor para trasladarse como rocinante era para Don Quijote.
Siempre nos reunimos en el mismo rincón, bajo el mismo edificio llamado Danoral, bajo el mismo poste de luz y con una botella de licor acompañándonos, conversando sobre los sube y bajas de la vida. Cuando de repente aparecieron dos muchachos, y sin más Geovanny empezó a llamar a uno de ellos por su nombre.
– Jhon!!! Jhon!!! – Y el muchacho muy preocupado lo atendió y le preguntó que le pasaba, a lo que le respondió - Jhon me siento mal yo intento he intento y nunca salgo de abajo, y Jhon le respondió – Yo te lo he dicho Geovanny tienes que creer en Dios y poner de tu parte.
Jhon y el otro muchacho que era su hermano después de hacer juntos una oración acompañados Geovanny, le propusieron ir a un centro de rehabilitación llamado “Desafío a la vida” que quedaba en Cúa estado Miranda, donde dejaría su mundo de desgracia.
A las seis de la mañana en punto, Jhon junto a su padre el señor José nos llevaron al terminal de la hoyada vía el pueblo de Cúa. Al llegar después de un largo viaje empezamos a subir una montaña que nos llevaría al centro de rehabilitación.
Cargando con mi amigo Geovanny con un sol inclemente, parecía que la montaña no tenía fin, y como comprenderán una silla de rueda no está hecha para semejante aventura.
Cansados todos del trajín llegamos por fin a la cima, el señor José fue a ultimar algunos detalles para la estadía de mi amigo Geovanny, mientras tanto nosotros nos deleitábamos con una vista estupenda y con un aire digno de respirar.
Al pasar 15 minutos aproximadamente viene hacia nosotros el señor José caminando cabizbajo con cara de decepción, y nos dice:
-Geovanny no se puede quedar - y Jhon le pregunta- pero y ¿por qué?- me dicen que no se puede quedar ya que si pasa alguna emergencia es complicado para bajarlo al pueblo, respondió el señor José. Y si, de alguna forma tenían razón por que si la subida fue complicada, la bajada mucho más.
Le recomendaron al señor José llevar a Geovanny a otro centro de rehabilitación llamado “La Fábrica” ubicado abajo en el pueblo de Cúa. Así pues emprendimos el viaje de bajada donde las piedras, las ramas y el sol ya estaban haciendo que no aguantara mucho a mi compañero. Al llegar al pueblo nos dirigimos al fulano centro de rehabilitación, cruzando calles y personas que nos veían mal, hasta que por fin llegamos.
 Era una casa descuidada con rejas negras donde al parecer había personas con mucho más problemas que Geovanny. Le dieron a mi compañero una cama, donde dormiría de seguro por un buen tiempo y un locker donde guardaría sus pertenencias que se resumían en un jabón, una toalla, una afeitadora y un cepillo de diente y lo más importante dejaron que yo, una silla de rueda vieja, oxidada y destartalada me quedara con él.
Dos días después, el señor José se encuentra a un amigo llamado Gustavo que vivía de igual forma en la parroquia Altagracia y le comenta.
- Gustavo ¿te acuerdas de Geovanny?, mi hijo y yo lo llevamos a un centro de rehabilitación en Cúa, y estoy seguro que allí con el favor de Dios se va a recuperar
- y Jesús con una sonrisa en la cara le dice - ¿es en serio lo que me estás diciendo?,  Eso no puede ser posible.
- A lo que José le responde - si en verdad, él tuvo la voluntad y bueno allá lo dejamos
 -  Pero eso no puede ser posible José, pues acabo de ver a Geovanny en el mismo rincón, bajo el mismo edificio, bajo el mismo poste de luz, con la misma silla de ruedas y una botella de licor acompañándolo.                         
                                                                                                  Jhonathan Castro